miércoles, 31 de marzo de 2010

Y se acabó el viaje :-(

El último día en el hotel, aprovechamos para hacer todas las fotos que no habíamos hecho hasta entonces.



Luego salimos a dar una vuelta y conseguir algunas cosillas más... pero estaba todo cerrado. En la isla, los comercios no abren hasta las 10 o 10:30, y a esa hora ya debíamos estar rumbo al aeropuerto, así que nos quedamos con las ganas de comprar, pero no de hacer fotos.






Horas más tarde estábamos en el avión, rumbo a Madrid.


En el avión, unos asientos más atrás, viajaba otra bebé (de más meses que Lucía) con su mamá y abuelos, y la invitaron con unas galletas.







Lo bueno del viaje fue toda la experiencia de viajar con Lucía, y ver lo bien que se lo pasó. 
Lo malo del viaje fue que, al volver a Madrid, estaba diluviando. En unas horas, pasamos de estar en un precioso día soleado a un decepcionante día gris. Cuando el piloto del avión avisó por megafonía que estaba lloviendo en Madrid, todos los pasajeros gritaron ¡¡queremos volver a Malta!!!

Viaje a Malta 5: Comino y Gozo





El día que decidimos ir a visitar las otras islas que conforman Malta, tuvimos suerte con la climatología, ya que hizo un sol esplendido y una temperatura primaveral perfecta.
Las dos islas son Gozo y Comino (que, por cierto, es el condimento más utilizado de este lugar. Comas lo que comas tiene comino; ya sea un postre o una comida, toooodo tiene comino en cantidades industriales).
Pensábamos que nos daría tiempo de visitar a fono las dos, pero nos centramos más en Comino, la más pequeña, y más hermosa de las islas.
Para llegar cogimos la lancha pequeña que aparece en la foto.





Los paisajes que se ven desde el barco mientras llegas a la isla son impresionantes, y el color del agua invita a zambullirse (aunque yo no lo hice, jijij).







El agua es absolutamente transparente, y se aprecia todo lo que hay en el suelo marino, rocas, plantas, peces y sobre todo las medusas.

De tanto aire y tanto paseo por la isla, Lucía acabó durmiéndose y estuvo así unas horas.



Cerca de donde atracan los barquitos, encontramos una pequeña playita (muy diminuta) donde nos quedamos un buen rato. Leo se animó a bañarse, pero nosotras nos quedamos en tierra, aunque Lucía sí paseó un poco por encima del agua.





Después volvimos a Malta y cogimos el Ferry a Gozo, aunque no tuvimos mucho tiempo para visitarla, sobre todo por los horarios del último Ferry y el último autobus que nos devolviera al hotel.